La Nau Gaudí de Mataró acoge la exposición Un arco, un iglú, una ciudad, organizada por el Consorci Museu d'Art Contemporani de Mataró (formado por el Ayuntamiento de Mataró y la FundacióPrivada Carmen & Lluís Bassat) y la Fundació Bancaria "la Caixa". La exposición, comisariada por Nimfa Bisbe, está formada por dos obras de grandes dimensiones especialmente seleccionadas para dialogar con la arquitectura de la Nau Gaudí: "El camino para venir aquí "(1986) del artista italiano Mario Merz (considerado uno de los principales representantes del arte povera) y "Desde el terrado" (1985-1986), del escultor valenciano Miquel Navarro.

Miquel Navarro Consorci Museu Art Cont Mataró

"Desde el terrado", de Miquel Navarro. Foto: Consorci Museo d'Art Contemporani de Mataró.

Un iglú y una ciudad

El camino para venir aquí (1986), es uno de los característicos iglús de Merz, construido con una armadura de hierro, piedras y cristales rotos, y un camino de entrada hecho con periódicos. Un refugio mínimo que conecta con la condición primitiva y mítica del abrigo, y que al mismo tiempo convive con el registro tecnológico de las luces de neón. Ha formado parte de las exposiciones inaugurales de las sedes de CosmoCaixa en Madrid y Barcelona. Desde el terrado, de Miquel Navarro, es una evocación escultórica de una gran urbe a escala reducida, hecha con arcilla y cinc, que quiere evidenciar la construcción jerárquica y casi fantasmal de la ciudad contemporánea. Fue presentada por primera vez en la Sala Montcada de Barcelona. Las dos obras, han sido escogidas para la exposición en la NauGaudí para "hablar de la noción constructiva del arte", según la comisaria Nimfa Bisbe, pero también porque "hablan no sólo de arquitectura, sino también de crecimiento y de cambio".

El italiano y el valenciano

Muy influenciado por su ciudad natal, Mislata, y sus raíces, Miquel Navarro (1945) inició su carrera como pintor pero desde 1972 se dedica casi exclusivamente a la escultura. En 1980, la exposición colectiva "New Images from Spain", en el Guggenheim Museum de Nueva York, lo dio a conocer internacionalmente. En 1986 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas. Una de las facetas que le han dado más notoriedad es la instalación de fuentes públicas, entre las que destacan las de València, Torís, Quart de Poblet y Bruselas. Fascinado por la idea de ciudad, Navarro ha creado numerosas esculturas (hierro colado, terracota) en las cuales recoge el trazado de una urbe imaginaria formada por elementos diversos (torres, chimeneas, edificaciones aisladas, avenidas) en los cuales confluye tanto la estética de las vanguardias como el impacto de las arquitecturas vernáculas y tradicionales. Mario Merz (Italia 1925-2003) empezó a pintar durante la Segunda Guerra Mundial, cuando estaba en la prisión por militar en el grupo antifascista Giustizia e Libertà. A partir de 1950 empezó a pintar bajo la influencia del informalismo y en 1968 hizo su primer iglú, marca distintiva de su obra. Según él mismo, el iglú nace de la necesidad de desligarse de la pared y del cuadro para trabajar sobre una forma que sea autónoma. Aquel mismo año, Germano Celant agrupó su trabajo, el de Jannis Kounellis, Luciano Fabro y el de Michelangelo Pistoleto bajo la denominación de arte povera. Mario Merz llevó a cabo una larga carrera artística, y es una de las figuras puntales del arte del siglo XX.

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"Desde el terrado", de Miquel Navarro. Foto: Consorci Museu d'Art Contemporani de Mataró.

Los arcos como marco

La muestra es una puesta en escena donde el encuentro entre un iglú (Merz), una ciudad (Navarro) y unos arcos parabólicos (Gaudí) invitan a una reflexión sobre nuestras formas de habitar. Y no lo hace desde la funcionalidad arquitectónica, sino desde el terreno especulativo, metafórico y flexible de las artes visuales. Por otra parte, la presente exposición permitirá también obtener una nueva e inusual visión de la Nau Gaudí. "Un arco, un iglú, una ciudad" es una iniciativa que nace del acuerdo de colaboración entre el Consorci Museu d'Art Contemporani de Mataró y la Fundació Bancaria "la Caiza", que llevará a la Nau una segunda exposición de obras de su colección en 2019. La primera colaboración entre ambas entidades se produjo el año 2013, con motivo del 130º aniversario de la construcción de la Nau Gaudí, cuando se impulsó el "Manifiesto de Mataró" en defensa del legado de la obra de Gaudí.

El primer Gaudí

El 1878 Antoni Gaudí, entonces un estudiante de arquitectura no muy brillante, diseñó la nave de la cooperativa Obrera Mataronense. Era el primer paso para construir una gran ciudad obrera, que en la práctica quedó reducida a la mínima expresión: la cooperativa. Por primera vez, Gaudí usó los arcos parabólicos montados sobre pernos que acabarían caracterizando su obra y que le permitieron realizar edificios de gran originalidad. Con el tiempo el edificio sufrió varias reformas y las innovaciones de Gaudí quedaron escondidas. Hace algunos años se procedió a recuperar los elementos de Gaudí, y en 2008 se reabrió el edificio como instalación cultural. Desde 2010, en la Nau Gaudí se presenta, en exposiciones sucesivas, la rica Col·lecció Bassat de Arte Contemporáneo. Gracias a las exposiciones de los fondos de los Bassat, en los últimos años este centro museístico se ha convertido en un espacio muy visitado por los amantes del arte.

 

Foto de portada: "El camino para venir aquí" de Mario Merz. Foto: Consorci Museu d'Art Contemporani de Mataró.