Es difícil pasar una semana sin coincidir de una forma u otra con Màrius Serra: regularmente hace crucigramas y colaboraciones en prensa, participa en tertulias, aparece en programas de la tele... Pero además, publica libros, coordina seminarios, presenta actos de lo más diversos, hace traducciones... En su vida ha publicado 14 libros de narrativa y 7 de ludolingüística, además de 9.000 crucigramas y 4.000 artículos. Explica que, a menudo, la gente le preguntaba "¿De dónde sacas el tiempo?". Ahora lo ha decidido explicarlo en su libro D’on trec el temps. Y para explicarlo ha hecho un ejercicio inaudito de transparencia: ha decidido pasar todo el lunes 20 en un escaparate, en la Metalistería Bolívar, en la Rambla Catalunya esquina Consell de Cent.

De cara a la galería

En este escaparate hará todas sus actividades habituales de un lunes: redactar un artículo, participar en una tertulia radiofónica, elaborar unos crucigramas... Asegura que se le ocurrió inspirándose en el artista Albert Vidal, que en los años ochenta había presentado el espectáculo El hombre urbano, en qué se encerró en un espacio en el zoológico al lado de la jaula de los gorilas. Serra defiende la iniciativa, asegurando que "había que poner la literatura catalana en el escaparate". Hoy, a su actividad habitual de los lunes, le ha añadido una rueda de prensa de presentación de su libro. Y una presentación de la obra al público, que tendrá lugar hoy mismo, muy cerca del escaparate, en la Casa del Llibre de Rambla Catalunya. Màrius Serra, en este acto, estará acompañado de Judit Mascó. También estará allí Joan Rovira, que interpretará dos canciones de su disco Encara tenim temps.

Sin detenerse

Màrius Serra asegura que él, más que un hombre de fe, es un "home de fer" (hombre de hacer). A pesar de todo, afirma que no se propone nunca hacer ningún récord. E incluso explica que, de vez en cuando hace paradas, para descongestionarse y volver a ponerse en marcha más centrado. Afirma que aplica los principios del reciclaje al tiempo: intenta hacerlo todo con la máxima intensidad. Dice que el tiempo es oro, y que hay que plantearse que el tiempo que no aprovechas, lo pierdes, y que es necesario usarlo con tanto de cuidado como usas el dinero. Se define como un "hooligan" de la puntualidad y dedica una parte del libro a insultar a los impuntuales.

¿Autoayuda?

Ahora que se han puesto de moda los libros de autoayuda para ordenar las viviendas y las vidas, Serra ofrece un tipo de autoayuda más peculiar: con sus consejos pretende ayudar a ordenar nuestro tiempo. Para estos, cada capítulo se inicia con un consejo muy breve, que sirve como resumen de todos el capítulo. Quien quiera leer la parte esencial del libro, podrá limitarse a leer estas introducciones, y con 24 minutos tendrá bastante para acabar el libro. Si quiere una lectura más pausada, tendrá que dedicarle 3 horas. Aquí, el tiempo está estrictamente controlado.

Y a pesar de todo, inexacta

Màrius Serra ha asegurado que al igual que los científicos han aceptado que hay una temperatura física y una temperatura de sensación, también hay un tiempo físico y un tiempo de sensación. Una hora puede hacerse larguísima o cortísima. El tiempo, pues, tendría una importante parte subjetiva. Y, pese a la apuesta por la puntualidad, Serra está lejos de propugnar el stajanovismo y la sumisión del individuo a una disciplina laboral muy estricta. Defiende la necesidad de "procastinar", de poner de vez en cuando la devoción por delante de la obligación.

Un libro singular

Màrius Serra afirma que D’on trec el temps es un libro singular. Su editora lo define como un libro "Màrius total". Como es habitual en sus obras, hay muchos juegos de rimas, inspirados en la canción La masovera, y diferentes experimentos interactivos. Porque como él afirma, como se lo pasa mejor es "jugando con el lenguaje". En realidad, su inspiración, para escribir este libro, fue Georges Perec, el rey de los juegos de palabras. El libro no se divide en capítulos, sino en tres turnos, de ocho horas cada uno, con el fin de cubrir 24 horas en total. Todo, todo, todo, todo en esta obra, está centrado en el tiempo. Porque como asegura Màrius Serra, la vida es tiempo. Y nada más.