David Ymbernon es un artista que, desde hace algunos años, explora el universo de la cocina. Ahora, con una colaboración con el chef Jordi Gabaldà, del restaurante Contrast de Sabadell, se ha involucrado en su proyecto más ambicioso: Latung La La y los 16 comensales. Culinary Poetry Performance. Se trata de un espectáculo para pequeños grupos, en que la cocina de Gabaldà se combina con el espectáculo de David Ymbernon con acompañamiento musical en directo de Xavi Lloses. Estas cenas de "cocina escénica" se celebrarán cada martes, a partir del 6 de junio, en el espacio meeatings23, de la calle Sant Joaquim 23. Por las características peculiares de este espectáculo, para asistir es imprescindible reservar previamente por internet en la página web del espectáculo. El precio de la cena es de 150 € por persona, para los 16 comensales, pero hay la opción de ir como espectador y poder estar en el "gallinero" por 20 €. Se prevé que el espectáculo esté un año en Gràcia, pero también se contempla la posibilidad de hacer una gira de Latung La La por otras partes.

Vivir la noche

El espectáculo ha sido definido por Jordi Gabaldà como "Una obra de teatro sobre una mesa de comida". La idea es crear un ambiente especial para disfrutar al máximo del arte y de la cocina. La visita se iniciará en el piso inferior de la galería, donde se mostrarán obras del autor relacionadas con el tema del espectáculo, que estarán en venta. Continuará por el piso intermedio, donde se podrán visualizar obras de vídeo arte de Ymbernon en una sala de proyecciones; y acabará en el piso superior, donde se ofrecerá la cena. De esta forma, se da tiempo a los asistentes para que se ambienten, y también para que se conozcan. La idea es que no sólo haya un intercambio entre artista y comensal, sino también entre los mismos participantes. La sala superior disfrutará de una iluminación especial, pensada para dar especial relieve a los platos y también al espectáculo que se desarrollará, básicamente, a la parte central de la mesa. Los montajes de Ybernon recorrerán el pasillo central entre los comensales al ritmo de la comida, mientras suene la música de Xavi Lloses, un músico que ha experimentado mucho en el ámbito de la música electrónica y de las relaciones entre música y arte, que tocará el acordeón, el piano y pequeños pianos de juguete. Y reproducirá los sonidos de los diferentes ambientes que se recreen: el mar, la tierra...

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David Ymbernon en un momento del espectáculo. Foto: Marta Bacardit.

En naranja

El naranja es el color emblemático de David Ymbernon. Sus obras siempre están marcadas por este color dominante. Y su acuerdo con Jordi Gabaldà parte de la adaptación de Gabaldà a las obsesiones cromáticas de Ymbernon. Todo lo que se sirve en esta comida, sólida o líquida, a excepción del agua, es de color naranja. Hay tapas, pescado, carne y postres, todo maridado con vinos de color claro. Todo absolutamente natural: no hay trampa. En ningún momento se usan colorantes artificiales. Y, además, se trata de cocina de mercado: los organizadores advierten que, según la temporada, algunos platos pueden cambiar. En total, cada martes por la noche se servirán 21 platos. Todos se sirven de forma peculiar, y un elemento esencial de la cena és una huevera en que se sirven 12 pequeñas catas de platos muy distintos. Jordi Gabaldà promete, en cualquier caso, sorprender a quienes acudan a la cena poética, porque el misterio es uno de los elementos clave de Latung La La y los 16 comensales. Y asegura que, para él, es un placer olvidarse de las lógicas clásicas del restaurante y cocinar para Latung La La y los suyos.

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12 mordidas de fríos, calientes, fritos y tibios, de Jordi Gabaldà. Foto: David Ruano.

4 escenas

David Ymbernon crea un espectáculo complejo. El equipo completo de Latung La La es de 12 personas (entre los cuales, los hijos de David Ymbernon y su esposa Elisabet Augé), para tan sólo 16 comensales y 3 espectadores. Con este número tan reducido de comensales se pretende dotar al espectáculo de la máxima intensidad, destinada a todos los sentidos. Todo está meticulosamente diseñado: la iluminación, las servilletas, la presentación... Quizás por eso se presenta en un espacio muy especial, que no es ni un teatro ni un restaurante, sino un espacio mucho más íntimo, que recrea, hasta cierto punto, el lugar donde unos amigos se encuentran para comer bien y pasárselo bien. En realidad, Gabaldà y Ybernon reclaman el hecho de recuperar la vivencia humana, directa; el goce de los sentidos, frente a la experiencia digital.

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Escena final de Latung La La y los 16 comensales. Foto: David Ruano.

Ymbernon, el maestro

David Ymbernon (Igualada 1972) es un artista peculiar, que algunos consideran influido por Brossa. Desde 1993 su creación ha estado vinculada al naranja, el color del movimiento, la energía, el placer, la atracción y el crimen. Ha expuesto en el Arts Santa Mònica, en el Festival Internacional de Fotografia SCAN, y en el Bòlit Centre d'Art Contemporani, pero también ha llevado obras escénicas a festivales muy diversos, como el GREC. Uno de los elementos más peculiares de sus obras son los juguetes: desde los emblemáticos Madelman hasta los típicos cochecitos de lata aparecen en sus espectáculos, pero también en sus cuadros y en sus esculturas. Arte y juego, en Ymbernon, son inseparables; y en Latung La La y 16 comensales el juego y la gastronomía, también lo son.