El Mundo publica este domingo un reportaje largo, de 2.424 palabras, titulado "Nosotros, los Guardiola". Presenta a la familia del entrenador al estilo de esos shows televisivos de celebridades menores donde se trata, en varios grados, de dejar mal a los invitados o reírse de ellos a costa de su ignorancia, carencias físicas o expresivas, desdicha o mala vida. Presentadores y tertulianos les tienden trampas, los asedian, tuercen sus palabras... La gracia es que los humillados no se den cuenta. Es una tarea que reclama grandes dosis de frivolidad, crueldad y caradura, porque muchos de estos programas se disfrazan de informativo o de "investigación". Todo más dudoso que una mano de ochos y nueves.

Es el caso de este reportaje, donde les toca a los Guardiola. Todo está hecho para hacer quedar mal a los cuatro hermanos o verter sospechas sobre su trayectoria. ¿Por qué los Guardiola? Hay un solo motivo: Pep leyó el manifiesto de las entidades soberanistas en favor del referéndum del 1 de octubre, cosa que difundió el acontecimiento por todo el mundo.

Sin embargo, este reportaje de El Mundo tiene un problema: es más falso que un euro de madera.

El autor lo presenta como "el retrato más íntimo de los Guardiola gracias al valioso testimonio de Valentí, el cabeza de familia". Ha hablado con el padre de los Guardiola, cierto, un hombre mayor a quien toma desprevenido —en camiseta y descalzo— en su casa, confundiéndolo entre El Mundo y El Mundo Deportivo, como se le escapa al mismo autor. Tan desprevenido que hasta le permite tomar una foto del álbum familiar, que es la portada del suplemento La Crónica.

El ridículo

El reportaje cita mucho a papá Guardiola, claro. Es una conversación medio inconexa. Al hombre, sin él quererlo, le hacen presentar a Pep como un hijo ausente, con mal genio, que influye para colocar a sus hermanos.

Por ejemplo, cuando explica la carrera de Pere Guardiola: "Mi hijo [Pep] tenía influencia en Nike y ofreció [a Pere]. Lo ficharon porque para ellos era importante tener un Guardiola. Sandro Rosell (ahora en la prisión por blanqueo) ya era el jefe, pero no se conocían de nada". El periodista añade entre paréntesis la prisión de Rosell, que el padre no menciona (porque "no se conocían"), asociando así un personaje y un elemento delictivos a un hecho totalmente normal: un hermano ayuda a otro. Y así todo el reportaje.

La parte más ridícula es la que da el titular "De Pep, nada. En casa siempre lo llamamos José...". El periodista —es de Málaga y seguramente no muy acostumbrado a los pueblos del interior de Catalunya, ni a Catalunya— no entiende que el padre, que le habla en castellano, traduce todo, nombres incluidos, como hacen las personas mayores catalanohablantes por inercia de otros tiempos. Es una situación conocida, tan antigua que incluso Santiago Rusiñol bromea con ella en alguna obra de teatro. El padre solo quiere explicar que en casa no usan el hipocorístico sino el nombre entero. El efecto es cómico, porque al periodista le parece que ha hecho el gran descubrimiento (¡los Guardiola se tratan en castellano!) de una traición al país. Acto seguido, el mismo periodista escribe que el padre se siente "orgulloso" de que su hijo sea "un adalid de la ruptura con España". El autor ni se da cuenta de que describe en dos frases seguidas dos actitudes contradictorias.

Dos momentazos más del reportaje: la insistencia del autor en escribir Sampedor y no Santpedor —hay que hacer el esfuerzo— y uno aún mejor: cuando hace decir a Guardiola padre que conoció a su mujer "en el colegio de los hermanos Lasalle" en lugar "de los hermanos de La Salle". Sensacional.

Retrato íntimo

El resto de fuentes del "retrato más íntimo" no son ninguno de los Guardiola, aparte del padre. Ni siquiera un compañero de escuela o profesión, o un familiar, un amigo, un vecino. Nah. Son la inmigrante marroquí que ahora vive en la casa donde nació Pep, la propietaria de un bar de Santpedor y un cliente suyo, "un [otro] sanpedorense", un periodista del diario Ideal de Granada y un artículo de Economía Digital. La frase más larga que cita de ellos tiene 22 palabras: "No ha estado mucho por aquí. De muy pequeño se fue. Si te fijas en los bares no hay fotos de él".

La frase se atribuye a Maribel, propietaria del bar "La Brasa". Ella y Salima, la inmigrante, son las únicas personas citadas por el nombre en todo el reportaje —y solo por el de pila. Maribel es Maribel García Lorente. Ella y su hermana José Pili son dos leonesas de Ponferrada que llegaron a Santpedor hace 14 años, mucho después de que el futbolista se fuera de casa. Han hablado con El Nacional en conversaciones separadas, pues Maribel hacía fiesta este domingo.

"No dije nada de todo eso", explica Maribel a El Nacional. Menos aún en clave negativa, como lo presenta el reportaje, que hace entrar a Maribel tras un párrafo que acaba, rotundo: "En el pueblo no todos tienen devoción por él". Como queriendo decir... "Solo que él [Pep] lleve el nombre del pueblo ya es un gran regalo. Él hace su vida, como todo el mundo, y le toca hacerla lejos del pueblo. Si quiere dar dinero o no es cosa suya, no me meto, aunque la gente sí lo discute".

Maribel añade que el autor del reportaje en ningún momento se identificó como periodista, una norma básica del oficio. "Vino a preguntar dónde estaba la casa de los Guardiola. En el bar estábamos dos clientes y yo. Le dijimos: a la entrada del pueblo. Pero él no, quiero ver la vieja. Le indiqué dónde estaba. Pasa mucha gente preguntándolo. La casa está en la otra calle. El chico este me pidió mi nombre. Pero eso de los bares y las fotos se lo inventa".

José Pili, en una conversación anterior, ya se había extrañado al leer lo que se le hace decir a su hermana. "Maribel piensa como yo", dice, y repite lo mismo que su hermana, salpimentándolo con muchos "Marededéu!" de espanto.

El periodista de El Mundo anota en su reportaje varios detalles en la misma onda que el del nombre en castellano. Por ejemplo, cuando dice que en el bar de Maribel "se sirve Mahou y suena 'Despacito'", como dando a entender que en el pueblo de los Guardiola toman la cerveza de Madrid por excelencia. "La Mahou la debió de pedir él porque nosotros tenemos aquí San Miguel, Voll Damm y Estrella", dice Maribel. "Y no tenemos música. La canción quizás sonaba en la tele, no sé".

Sospecha permanente

El periodista granadino es la fuente que explica cómo le han ido las cosas a Pere Guardiola con el Granada Club de Futbol. Pere es presentado como un oscuro empresario deportivo que ha hecho caer al Granada a Segunda A por culpa de sus tejemanejes con un empresario chino. El periodista granadino lamenta que el periodista de El Mundo haya hecho lo que ha querido con sus explicaciones.

Como ya lo sospechaba, le pidió que no citara su nombre. "Me di cuenta de que ya tenía hecho el reportaje antes de hablar conmigo. Lo que yo dijera no influiría nada", añade. Dice que le sabe mal y se felicita de que el reportaje recuerde al menos que en el Girona, donde también opera Pere, haya ascendido a Primera.

Las carreras de Francesca y de Olga Guardiola se presentan igualmente sospechosas o manchadas. Francesca es delegada del Govern de la Generalitat en los países nórdicos con base en Copenhague. Para el autor del reportaje es "embajadora de Catalunya en Dinamarca (...). Es la undécima embajadita". El diminutivo ridiculizante. Clásico.

Autor de fama

¿Quién firma la cosa? Javier Negre (nombre real: Javier García Negre), con quien El Nacional ha intentado ponerse infructuosamente en contacto. Negre se ha hecho un nombre en los matinales Espejo Público (Antena 3), donde todavía colabora, y El Programa de Ana Rosa (Telecinco), versiones de menor graduación que los nocturnos de 13TV o Sálvame, donde Negre también ha participado.

La nómina, sin embargo, se la paga El Mundo, donde está "especializado en asuntos de política y en reportajes de investigación", según su curriculum. Al inicio de su carrera cubrió el País Vasco, de donde saltó a la sección La Otra Crónica, "donde investigué algunas de las celebrities de este país [se refiere a España]". Celebrities como el Pequeño Nicolás o Ángel Garó. Actualmente trabaja en Crónica, "la sección de los grandes reportajes de El Mundo", según explica.

La última cosa que ha escrito es este "retrato íntimo de los Guardiola". Tan íntimo que ni informa de la edad de los hermanos ni del padre. Tan íntimo que se hizo entre el jueves y este sábado por la noche. Una pena.