Os ofrecemos como estreno, el videoclip del single Cúmbia del Pirineu, de Biflats, el grupo que se define como "la primera cobla gamberra". El videoclip es una degustación de su primer disco, Catalan Fanfare!, que nos transporta al mundo de las fanfarrias más genuinas, pero de forma surrealista. El vídeo ha sido grabado en el Bosque de las Cruces, un paisaje creado por el artista y bombero Marc Sellarés, en defensa de la naturaleza maltratada. Y en este entorno se recrea una fanfarria muy peculiar, en la que los aires de cobla se combinan con una explosión de viento y con el sonido de las maracas; un calidoscopio de ritmo y color, bien alejado de la clásica sardana, en un medio austero y siniestro.

Protagoniza el original videoclip Marcel Dalmau (líder de Biflats), en el papel de un esquiador extraviado en un lugar donde no hay ni un copo de nieve, donde chocará con una banda de aires tropicales y un grupo de pubilles en pleno baile de la sardana. El sonido de los instrumentos de viento marca esta Cúmbia del Pirineu, en un clip realizado por la productora Zink in Films. Con un toque indiscutiblemente kitsch, Biflats ha querido contar con la colaboración, para este videoclip, de las bailarinas Sardanalesque, que lideradas por la polifacética Marina Salvador, se popularizaron al bailar una sardana striptease.

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El 15 de diciembre  Biflats presentará, enLa Mirona de Salt, su primer disco Catalan Fanfare! (Picap, 2017). Lo hará coincidiendo con el 16º aniversario de este espacio, y también actuará la Orquesta Diversiones. Biflats estrenará un nuevo espectáculo dirigido por el dramaturgo Martí Torras, que será grabad en directo. En Catalan Fanfare! Biflats, de forma muy poco ortodoxa, mezcla estilos e influencias, pero siempre con un toque de música gitana y con grandes dosis de humor.

Biflatos abracadabras

Los miembros de Biflats reivindican que, con la copla, modificada convenientemente, no hacen otra cosa que World Music Made in Catalonia. Fusionar la música catalana con la latinoamericana y con la gitana quizás puede parecer un sacrilegio, pero también quizás vale la pena probarlo.