El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha entregado el Premio Internacional Catalunya al cineasta griego Konstantinos Costa-Gavras, en el Palau de la Generalitat. En el Salón de Sant Jordi se han podido visionar algunos de los fragmentos más emblemáticos de sus obras. Las escenas más brutales del golpe de Pinochet en Chile, de la travesía del Mediterráneo por los refugiados o de la dictadura griega han desfilado por las pantallas colocadas en el Palau. El presidente Puigdemont ha entregado a Costa-Gavras la estatuilla "La llave y la letra" de Antoni Tàpies, uno de los artistas que él más admira. Puigdemont ha elogiado, de Costa-Gavras, su compromiso social y su "mirada crítica sobre el mundo" y ha afirmado que su cine sigue teniendo vigencia, porque conmueve al espectador y lo sacude. Puigdemont ha afirmado que "Nadie que sepa cómo va el mundo hoy puede decir que eso es cosa del pasado o sólo pasa en países en vías de desarrollo". Ha añadido que las conductas que retrata Costa-Gavras no sólo pasan a regímenes totalitarios y que hay Estados que se llaman democráticos que se burlan de las libertades, poniendo como ejemplo "el drama humano del Mediterráneo". Ha cerrado su discurso pidiendo a los creadores compromiso para desenmascarar los abusos de los Estados en contra de las libertades.

Emoción

Costa-Gavras se ha mostrado muy honrado por ser el primer cineasta en obtener el Premio. En su discurso ha recordado las emociones que vivió con el cine, cuando era niño, y ha afirmado que de muy pequeño descubrió que el cine era la herramienta que necesitaba para expresar lo que sentía. Y ha agradecido a Francia haberle dado la posibilidad de entrar en el mundo del cine. Ha afirmado que tiene vínculos estrechos con Catalunya: ha recordado sus visitas a Barcelona, desde los años sesenta, y ha hablado de la "formidable evolución de Barcelona", una "megalópolis contemporánea" donde "Gaudí convirtió la Sagrada Familia en poesía". Ha explicado que quería haber grabado Missing, la película que ganó un Oscar, en Barcelona, pero que el golpe de Estado del 23-F desanimó a los productores de Universal.

El cine tiene que ser una dulce lucha contra los prejuicios y las ideas preconcebidas

Discurso reivindicado

Costa-Gavras ha querido hacer una reflexión política en su discurso. Ha confesado que los europeos han vivido "creando lo mejor y perpetrando lo peor". Y ha depositado sus esperanzas en la Unión Europea, pero ha dicho que esta institución "ha crecido mal": "ha sido abandonada por sus políticos" a manos de las compañías norteamericanas... Y se ha centrado en una crítica a sus políticas culturales. Ha recordado que sin libertad no hay creación, porque la represión lleva a la censura y a la autocensura. Ha afirmado que el poder del dinero también ha supuesto un recorte a las libertades cinematográficas, pretendiendo reducir el cine a simple entretenimiento. Ha denunciado que la UE no ha defendido las propuestas culturales europeas en los tratados comerciales firmados. En este sentido, ha hecho una encarnizada defensa del concepto de excepcionalidad cultural, que pretende que el cine y las producciones culturales se tengan que tratar de forma diferente a los simples productos comerciales. Para terminar ha reivindicado que el cine sólo puede ser disidente: "una dulce lucha contra los prejuicios y las ideas preconcebidas".

Sentido homenaje

El sociólogo norteamericano Richard Sennet, miembro del jurado, ha hecho una glosa del personaje en inglés (aunque su padre era traductor de poesía catalana). Ha alabado, sobre todo su conciencia política y la realización de películas como Z o Missing, películas que ha calificado de "llenas de historia" y sorprendentes. Y ha asegurado que Costa-Gavras nunca habla de aquello que es obvio.

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Intervención de Richard Sennet.

El galardonado

Costa-Gavras (1933) es un director, productor, guionista y actor greco-francés conocido por su compromiso político. Cuando era muy joven fue a estudiar a Francia porque tenía problemas políticos en Grecia, y convirtió el Hexágono en su hogar. Empezó a adquirir fama con la adaptación de la novela Z, de Vasilis Vasilikós, en que se explica el asesinato por parte de la policía de un opositor (el guion lo hizo el mismo Costa Gavras con Jorge Semprún, más tarde ministro de Cultura español). A pesar de su militancia de izquierdas criticó los totalitarismos de derechas y de izquierdas. Una de las películas que más éxito tuvo fue Missing, en el que se denunciaba la implicación del gobierno norteamericano en el asesinato de un periodista en el Chile de Pinochet. Z ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1970 y el premio del jurado de Cannes. Y Missing ganó el Oscar al mejor guion adaptado y la Palma de Oro de Cannes. En los últimos años el cineasta franco-griego se ha dedicado a filmes de denuncia de carácter más social y menos político. Su última película, del 2012, es el thriller financiero Le Capital, basado en la novela de Stéphane Osmont.

El premio

El Premio Internacional Catalunya se otorga desde 1989 y recompensa a personas de todo el mundo que "hayan contribuido decisivamente con su trabajo creador a desarrollar los valores culturales, científicos o humanos por todo el mundo". Lo han obtenido personajes muy diversos: políticos como Desmond Tutu o Vaclac Havel, escritores como Haruki Murakami o Amos Oz, religiosos como Pere Casaldàliga, científicos sociales como Claude Lévi-Strauss, feministas como Nawal al Saadawi... El más controvertido, visto con perspectiva, quizás fue el de Luiz Inácio Lula da Silva, recientemente condenado por corrupción.