Casa Leopoldo, el restaurante histórico del Raval, lugar de encuentro de la gauche divine, ha hecho pública la nueva filosofía del restaurante, que quiere ser un retorno a sus orígenes, con la elaboración de platos tradicionales de cocina catalana. Los restauradores Óscar Manresa y Romain Fornell, que llevan el histórico local desde el pasado mes de marzo, han optado por ofrecer platos como el fricandó, la sepia con albóndigas, los fideos, los arroces... Cada día ofrecerán, al mediodía y por la noche, un menú por 32,95 € integrado básicamente por los platos más apreciados de la gastronomía local, y que incluirá dos platos, bebida, café y postre. Este menú convive con una carta que incluye especialidades de la casa como la paella, el rodaballo el lenguado a la Meunière con alcaparras.

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Fricandó. Foto: Roberto Lázaro.

Mientras por todas partes se multiplican los restaurantes de cocina exótica o los que apuestan por la innovación gastronómica, Casa Leopoldo ofrecerá los platos que han honrado las mesas barcelonesas durante décadas, la cocina de la abuela. Unos platos que en algunos casos cada vez son más difíciles de encontrar, como el rabo de toro. Los propietarios del local han querido rendir un homenaje a uno de sus clientes más ilustres, Manuel Vázquez Montalbán, que iba a menudo al restaurante y siempre pedía lo mismo, cap i pota (callos a la catalana). Así, pues, uno de los platos más emblemáticos de la carta ha sido bautizado como "Cap i pota Pepe Carvalho" (en honor al detective protagonista de las novelas de Montalbán).

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Cap i pota Pepe Carvalho. Foto: Casa Leopoldo.

Entre los platos que se ofrecerán en Casa Leopoldo se combinarán los productos de la máxima calidad, como las ostras o el jamón reserva de etiqueta negra, con platos de regusto más casero. La intención de los restauradores es ofrecer platos con el gusto más puro: como los calamares a la andaluza, el bacalao con samfaina o la ventresca de atún con tomate. No faltarán los arroces más tradiconales, desde el arroz negro con sepia y calamar, hasta el arroz de bacalao, tan típico de los gitanos barceloneses. E incluso habrá algunos platos de regusto rural, como las judías "del ganxet" con butifarra negra. Los postres también tienen un regusto tradicional, ocupando un lugar destacado postres tan arraigados como la crema catalana o el roscón.

ALBÓNDIGAS

Sepia con albóndigas. Foto: Roberto Lázaro.

Casa Leopoldo es un restaurante abierto en 1936 por Leopoldo Gil en la calle Sant Rafael, en el corazón del Raval (en dos esquinas de la calle Robador, una de las de peor fama de Barcelona). Era un bar decorado con carteles de toros y baldosas tradicionales (una decoración que todavía conserva) Vázquez Montalbán, nacido y crecido en la calle Botella, a unas esquinas de Sant Rafael, iba de pequeño a Casa Leopoldo con su padre, cuando había alguna celebración. De mayor volvió allí con frecuencia e incluyó el local en algunas de sus obras. A través de Vázquez Montalbán, Casa Leopoldo se convirtió en el restaurante emblemático de la gauche divine, y numerosos intelectuales se aficionaron al local, que se fue convirtiendo en un lugar cada vez más selecto. La apertura de la Rambla del Raval abrió Casa Leopoldo a nuevos públicos, de los que antes no hubieran osado aventurarse por aquellos barrios. Pero Rosa Gil, la nieta del fundador, cerró el restaurante en 2015, y lo adquirieron Óscar Manresa y Romain Fornell, que abrieron el nuevo local hace unos meses y ahora lo presentan al público.

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Cola de buey. Foto: Casa Leopoldo.

Óscar Manresa es el responsable de locales emblemáticos como La Torre de Alta Mar, en la torre del teleférico del puerto de Barcelona, el Kauai de Gavà o la Casa Guinart y la Asociación Gastronómica El Altar de la Boqueria. Pero ha estado involucrado en muchos otros locales de cocina o de copas de tipo muy diverso, como la hamburguesería 99% Moto Bar de Les Corts. En la aventura de Casa Leopoldo está asociado con el chef Romain Fornell (Toulouse, 1976), quién había trabajado con Alain Ducasse. Con tan sólo 24 años ya ganó una estrella Michelin. Es el alma del barcelonés Caelis, pero se ha involucrado a muchos otros proyectos gastronómicos, como el Epicerie, el Joël's Oyster Bar o el Hostal de La Gavina de S'Agaró.