Acantilado ha publicado Boy, Snow, Bird. Fábula de tres mujeres, la última novela de la escritora británica de origen nigeriano Helen Oyeyemi, que obtuvo una gran resonancia internacional con su primera novela, La niña Ícaro. Boy, Snow, Bird, en contra de lo que parece, son los nombres de tres mujeres, las tres protagonistas de esta historia. A través de la historia de estas tres mujeres, Oyeyemi construye una reflexión sobre la infancia, el género y la raza, tres obsesiones personales de la autora que ya aparecían en La niña Ícaro.

Helen Oyeyemi. Foto: Mariusz Kubik.

La raza

La cuestión racial es un elemento clave de la novela, pero en realidad sólo empezará a tener un papel relevante a medio libro. Hasta entonces la obra se sitúa en Estados Unidos y tiene sólo personajes blancos. Pero cuando Boy, la protagonista, parece haber estabilizado su vida al casarse con Arturo, un hombre razonable con una hija encantadora, Snow, el problema racial viene a romper esta armonía. Boy se queda embarazada y tiene una hija mulata ("negra" en la cultura norteamericana, donde cualquier descendiente de un negro es negro). Arturo le explica que uno de sus antepasados era negro, y que esta es la razón porque la Bird, la niña, ha salido "negra". El nacimiento de Bird obliga a Boy a hacer frente al racismo ambiental norteamericano, pero lo que es más grave es que, al fin, las tensiones derivadas de este conflicto acaban afectando a la relaciòn entre las hermanas.

El género

La historia está explicada a partir de dos voces femeninas, la de Boy y la de Bird, que narran dos historias bien diferentes: la de Boy, una infancia desgraciada, y después una juventud más despreocupada que se frustra tras el matrimonio, y la de Bird, una voz infantil no traumatizada, pero que intenta encontrar explicaciones de las cosas que no entiende del mundo. Ambas voces hablan, y mucho, de las preocupaciones de las mujeres: de las dificultades laborales, de la discriminación de género, pero también de las relaciones entre amigas, de los conflictos de pareja, de la aspiración al matrimonio, de la voluntad de tener hijos, de los embarazos no deseados... Oyeyemi incluso encaja en la novela, ni que sea con calzador, la problemática transgénero.

La infancia

Helen Oyeyemi es magistral explicando las desdichas de la infancia, uno de los puntos más fuertes de La niña Ícaro. En Boy, Snow, Bird vuelve a describir esta problemática, una de las preocupaciones obsesivas de la autora. Boy es una niña maltratada. Snow ha sido una niña malcriada, pero acabará siendo separada de sus padres y creciendo en un entorno extraño. Bird es rechazada por sus facciones y acaba haciéndose mayor sin la compañía de su hermana. Y entre los personajes secundarios se incluye a unos adolescentes que rechazan ir a la escuela y se reúnen en una librería. Ninguno de ellos es un niño feliz: les roban la infancia los problemas con la familia, los problemas con la escuela, los problemas con sus compañeros, los problemas con el conjunto de la sociedad... El miedo al fracaso, la soledad, la desconfianza y la persecución les hará mucho daño. Pero a pesar de todo, en esta novela Oyeyemi abre una puerta a la esperanza: los problemas infantiles no son una condena eterna; se pueden superar.

Lejos de Ícaro

El padre de la Boy es un maltratador caricaturesco: un desalmado que se dedica profesionalmente a cazar ratas y que usa las mismas ratas para torturar a su hija, a la que provoca terror mediante estos roedores. Es el personaje más estrambótico de la novela, marcado por una maldad diabólica, pero hay otros poco creíbles por ser tan excesivos, como la librera, que está caracterizada por una bondad angelical. La misma trama no acaba de ser creíble en un par de elementos básicos. Por otra parte, da la impresión de que la autora intenta no dejarse ninguno de los temas estrella del momento: los maltratos infantiles, los trans, el racismo... Todo ello conforma una novela que está lejos de ser tan interesante y sugerente como La niña Ícaro.