Angela Davis, ex dirigente del Partido Comunista de los Estados Unidos, ex miembro de los Panteras Negras y uno de los mitos de la izquierda norteamericana, ha visitado en Barcelona. Lo ha hecho para pronunciar una conferencia en el CCCB, en el ciclo "Revolución o resistencia", y para presentar el libro La libertad es una batalla constante. Ferguson, Palestina y los cimientos de un movimiento, editado por Capitán Swing. Antes de este acto, que tendrá lugar esta tarde a las 19h, ha realizado una rueda de prensa que ha despertado mucha expectación.

Angela Davis - Sergi Alcàzar

Con Catalunya

"Estoy muy feliz, muy honrada de estar en Catalunya en estos momentos difíciles", ha afirmado Angela Davis. La activista negra ha asegurado que las imágenes que vio en la televisión de la represión policial del 1-O la chocaron al transportarla a uno lamentable pasado. Davis afirma que no está segura de poder captar todos los matices la realidad catalana, pero ha ensalzado la resistencia de la gente ante la violencia policial y ha celebrado que haya reivindicaciones frente a las restricciones de libertades por parte del Estado. Davis ha afirmado su compromiso insoslayable con el derecho a decidir: "Lo que pienso es que la gente, en todas partes, debería tener derecho a la autodeterminación. Debería tener derecho a decidir su destino". Ha recordado que España tiene una larguísima trayectoria de represión, y que la izquierda norteamericana y ella mismo se habían formado con el mito de la guerra civil española y la Brigada Lincoln. Y ha asegurado que esta situación la conmueve especialmente porque "La historia de esta tierra ha marcado mucho la historia de los movimientos radicales de todo el mundo".

Una vida por la libertad

Davis asegura que ha consagrado su vida por la libertad, afirmando que no concibe vivir la vida de otra forma y que se siente muy satisfecha de lo que ha hecho. Asegura que se ha visto muy condicionada por sus orígenes, porque nació en Alabama, una ciudad segregada racialmente, en los momentos más duros de la segregación, cuando no había ninguna posibilidad para ningún negro. Ha reconocido que su familia le inculcó que no había ninguna posibilidad de avanzar sin resistir. Pero ella, a sus 73 años, continua dispuesta a luchar: Davis ha asegurado que en los Estados Unidos la resistencia es más necesaria que nunca, por la llegada de Trump al poder.

Solidaridad con las causas

Angela Davis, al principio de la rueda de prensa, ha celebrado el movimiento de los atletas americanos que actualmente protestan simbólicamente contra el racismo y que tanto ha irritado a Trump. Pero también ha dedicado mucha atención a las reivindicaciones del Tercer Mundo, a las problemáticas ecológicas, a la discriminación de las mujeres y los transgénero, al problema de Palestina... Y, sobre todo, ha clamado por una solución a la crisis de los refugiados, que ha relacionado, también, con la política migratoria de Estados Unidos. También ha reivindicado la solidaridad con el País Vasco, y ha recordado que quiso visitar a Arnaldo Otegi en la prisión y que nunca se le autorizó. Anglea Davis apunta que es necesario es establecer redes de resistencia frente a un "capitalismo global" a lo que ha responsabilizado de buena parte de los problemas del mundo global. Ante esta situación, asegura que no basta con reformas puntuales, sinó que es imprescindible una transformación revolucionaria del mundo. A pesar de todo se considera optimista: afirma que siempre busca chispas de esperanza y que las encuentra.

El papel de la violencia

Davis fue famosa hace cincuenta años, cuando estuvo implicada en algunas acciones violentas de los Black Panters. "El papel de las armas servía para plantar cara a la violencia estatal y policial" ha asegurado Davis, que considera aquella lucha armada, básicamente, como "acciones de autodefensa". Pero ha asegurado que la lucha armada no es suficiente para la revolución, porque la revolución supone un cambio más profundo, sobre todo con respecto a las estructuras productivas. Pero deja claro que el tiempo no ha pasado en vano, y afirma que las revoluciones no se pueden importar, ni en el tiempo ni en el espacio, y que el modelo de los afroamericanos los años sesenta ya no es válido.

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Angela Davis en los años setenta. Foto: Yuryi Ivanov. RÍA Novosti.

Mito de los años setenta

Anela Davis nació en 1944, en Birmingham, Alabama, una ciudad donde la segregación racial estaba muy extendida. Estudió la secundaria en Nueva York, gracias a una beca, y allí se aproximó al comunismo. En los años sesenta viajó por Europa y recibió muchas influencias de los existencialistas franceses. Estudió filosofía en la República Federal de Alemania, desde donde viajaba con frecuencia a la Alemania Oriental. Decidió volver a Estados Unidos porque quería participar en el movimiento del Black Power. En 1967 se integró en los Panteras Negras, y en 1968 en el Partido Comunista (motivo por el que fue expulsada de la Universidad de California). Fue acusada de colaborar con un preso de los Panteras Negras llevándole una pistola a la prisión, y durante algún tiempo estuvo en la lista de las criminales más buscadas del FBI. Fue capturada, y en el juicio fue absuelta. En 1980 y en 1984 se presentó a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos como vicepresidenta del candidato comunista, Gus Hall. En los últimos años ha combinado la docencia universitaria con conferencias y actividades por todo el mundo.

La libertad es una batalla constante

El libro que acaba de publicar Capitán Swing, La libertad es una batalla constante. Ferguson, Palestina y los cimientos de un movimiento, es un conjunto de discursos de Davis, encabezados por algunas entrevistas que le realizó Frank Barat. En estos textos, Angela Davis muestra como los temas centrales de su pensamiento (el racismo, el antiimperialismo, la solidaridad con los presos, la situación de la mujer...) ha ido actualizándose y conectan perfectamente con tendencias actuales, como la escuela de los Estudios Culturales. Pero es que en realidad, Angela Davies ya fue una pionera en el hecho de considerar que una lucha social no tenía que suprimir ni minimizar el resto, en la línea de lo que propugna buena parte de la izquierda actual. Por eso la que fue una pensadora clave en los años setenta, vuelve a estar de actualidad hoy en día y es invitada a dar conferencias por todo el mundo.