"Hay demasiados conflictos y muy pocas soluciones", ha dicho Miroslav Lajcak, presidente de la 72ª Asamblea General de la ONU, la mayor cita diplomática del planeta, que se inauguró el martes y continuará la semana que viene. Esta sensación de inestabilidad preocupa también a los responsables económicos que temen verse involucrados en alguna escalada de las distintas tensiones reinantes.

La ONU actúa como una formidable caja de resonancia en que algunos conflictos destacan al margen de cuestiones generales, como el ligado a las emigraciones sobre el que la Asamblea tiene el mandato de preparar un pacto mundial.

La ONU actúa como una formidable caja de resonancia en que algunos conflictos destacan al margen de cuestiones generales

Corea del Norte, que ha amenazado con usar armas nucleares para "hundir" a Japón y reducir EEUU "a cenizas y oscuridad", después de sufrir nuevas sanciones, que incluyen restricciones de suministro de petróleo procedente de China y Rusia, figura en primer término. Pero no es el único dossier que está bajo vigilancia.

Una cuestión que está en el aire es si la desnuclerización de Irán bastará para un retorno la estabilidad en el Golfo Pérsico. Arabia Saudí y sus aliados mantienen su posición en el conflicto entre chiítas y sunitas, mientras Israel desconfía del tratado firmado en 2015 en el cuadro onusiano. Cómo poner fin a la guerra en Siria es otra cuestión caliente en Oriente Medio, así como la estabilización de Libia, de donde partían hasta los últimos acuerdos avalanchas de emigrantes y refugiados hacia Europa. Asimismo, en África, la crisis del Congo amenaza con acabar en un caos. Por último, los devastadores huracanes recientes han devuelto a la actualidad la cuestión del cambio climático, donde EEUU se aleja del consenso.

El gran desorden mundial no ha impedido que la economía global mejorase. El crecimiento recupera el ritmo del 3,5%, según el FMI, y los intercambios comerciales se aceleran, en alza un 4,6%. China crece un 6,6%, mientras EEUU y Europa lo hacen a una estimable cifra del 2,2%, con una mejora del nivel de empleo.

El alcance de los extremos de la violencia contemporánea, nos recuerda que los factores tradicionales de la guerra están siempre presentes

Pero la estabilización de la economía mundial no debe suscitar euforia. El primer factor de riesgo es político, geoestratégico. Según Jean-Claude Guillebaud, autor de una obra de referencia, Le tourment de la guerre, el alcance de los extremos de la violencia contemporánea, como se aprecia en el terrorismo islamista, "nos recuerda que los factores tradicionales de la guerra están siempre presentes".

El fin de la hiperpotencia de EEUU, donde los conflictos entre la Casa Blanca y el establishment norteamericano están al rojo vivo, como ha declarado en la televisión Steve Bannon, exasesor de Trump, tiene que ver con el difícil momento actual y puede durar.