El Ibex ha cerrado esta semana-puente orientada al descanso, la familiaridad y al buen tiempo con un voto a favor, pero con matices. Como en la vida misma. En el caso de la bolsa, el punto que ha quedado pendiente ha llegado cuando el BCE se ha negado a conceder un aplazamiento al banco italiano Monte dei Paschi para obtener más financiación y cubrir sus agujeros negros.

No se han producido daños mayores, pero aquellos bancos que están más cerca del examen de los mercados, como el Popular, han sufrido un retroceso más duro tras subir al calor de la confianza en las últimas jornadas. El rally ha terminado.

Otros valores como Arcelor Mittal o Acerinox han bajado el pistón al entender que la posición del BCE y del conjunto de los bancos centrales no es alentar las subidas generales de los mercados, sino actuar selectivamente. El petróleo ha dejado de ser el patrón de guía.

Grifols, por el contrario, ha brillado con luz propia, ofreciendo una perspectiva nueva la evolución del Ibex, necesitado de nuevos catalizadores de crecimiento.

Wall Street ha seguido subiendo rompiendo récords con el Dow Jones y parecería que desea llegar a los 20.000 puntos para apostar con Donald Trump si se trata de un vulgar indicador de burbuja o, más bien un jalón de la nueva economía prometida bajo el slogan "Hacer de nuevo grande a América". Un punto interesante para los mercados.