Sin sufrir grandes pérdidas, el Ibex ha cerrado como ha abierto, con dudas y a la baja. El Eurostoxx ha hecho tres cuartos de lo mismo y, a media sesión, Wall Street igual. El no al librecambio del Gobierno americano, aun siendo previamente conocido, ha producido estupefacción.

La Reserva Federal, después de que su presidenta Janet Yellen dijera hace unos días que habría dos subidas de tipos este año, ha elevado el tiro al indicar a la Fed de Chicago que podría haber hasta cuatro. Se supone que ante una perspectiva de mayor inflación.

Esta semana ha empezado torcida para todos. La premier británica, Theresa May, ha anunciado que presentará el Brexit el 29 de marzo invocando el artículo 50 del Tratado de Lisboa. Su anuncio ha coincidido con la reunión del Eurogrupo, del que ha salido la impresión de que el test al que someterá la UE a Gran Bretaña será más duro de lo que espera Londres. El euro cotiza a 1,0752 dólares.

China también prepara represalias contra una posible subida de aranceles a sus exportaciones en EEUU. El petróleo Texas ha caído el 1,88%, hasta 48,02 dólares, y el oro ha subido hasta 1.232,40 dólares.

En la zona euro, el Deutsche Bank ha sufrido una descarga de ventas de sus accionistas al explicar su plan de ampliación de capital basado en levantar 8.000 millones de euros. El desdén que ha recibido como respuesta se ha contagiado al resto de la banca europea.

Junto a la desazón que dominaba al mercado, Wall Street ha sufrido el duelo que ha acompañado la desaparición de uno de sus héroes históricos, David Rockefeller, que ha fallecido a los 101 años. La no apertura hoy del Nikkei de Tokio ha parecido a muchos una coincidencia afortunada.