Mientras el Palau Sant Jordi de Barcelona se llenaba hasta los topes en el concierto de solidaridad con los refugiados, Casa Nostra, Casa Vostra, Madrid también se movilizaba, pero no por los refugiados sino para mostrar su aprecio por Isabel Pantoja. La tonadillera también consiguió el pleno; no eran las 15.000 personas de Barcelona, pero sí consiguió reunir a 10.200 seguidores en el WiZink Center. Si las entradas de Barcelona oscilaban entre los 15 y los 60 euros, las de Madrid valían mucho más: las más económicas subían a 33,50 € y las más caras a 93,50 €. Si en Barcelona participaron cerca de un centenar de artistas, Pantoja estaba rodeada de 105 personas: 80 músicos y 25 miembros del coro. El público del WiZink Center, si tenemos que hacer caso de la prensa madrileña, estaba tan entregado o más que el de Barcelona. Parece que fue el delirio y que incluso se oyó algún "Viva la madre que té parejo" de rigor.

Mientras las interpretaciones corales del "Mediterráneo" de Serrat y del "Qualsevol nit pot sortir el sol" de Sisa fueron el clímax barcelonés, el momento estelar del concierto de Madrid fue cuando la popular estrella cantó "Hoy quiero confesarme", un tema donde afirma: "Por si hay una pregunta en el aire / Por si hay alguna duda sobre mí / Hoy quiero confesarme (...) Hoy quiero confesar / Que estoy enamorada / Por matar los rumores de aquella esquina". Parece ser que el público madrileño, como buen confesor, le concedió la absolución.

Era el primer concierto de masas de Pantoja tras salir de la prisión y se presentaba como la "restitución" del "buen nombre" de la artista en la capital de España. Y parece ser que logró sus objetivos. El Español lo dejaba bien claro en su titular: "Así fue el primer concierto de una 'indultada' Isabel Pantoja"; además, definía el espectáculo como "apoteósico" y aseguraba que "La tonadillera ha sido indultada por sus fans y ha resurgido de sus cenizas cual Ave Fénix". La Razón abría su artículo aclarando que "Madrid restituye a Isabel Pantoja a los altares en su vuelta a los escenarios". Y El Mundo reconocía que vuelve "por la puerta grande". Y mientras Madrid se rendía a "la Reina de la Copla", los asistentes al concierto de Barcelona reclamaban al gobierno que articulara política de acogida a los refugiados.

Pero sería demasiado fácil sacar conclusiones geográficas de la coincidencia de acontecimientos: el próximo sábado será Isabel Pantoja la que ocupará el escenario del Palau Sant Jordi. Y es probable que lo llene: según la página web del concierto, sólo queda por vender un 6 % de las entradas. Y los precios son notablemente más caros que los del concierto Casa Nostra, Casa Vostra en favor de los refugiados: las entradas que quedan a la venta oscilan entre los 50 y los 350 €. Y esto nos obliga a plantearnos otro tipo de cuestiones, especialmente las relativas a las prioridades musicales y sociales del público.