La historia de les Garrigues ha estado ligada desde siempre a dos productos mediterráneos: el aceite de oliva y el vino. Es una de las comarcas con más tradición en la producción de aceite, con un sabor y textura excelentes. Avala la calidad de este producto ni más ni menos que la Denominación de Origen más antigua de toda España, otorgada el año 1975 y reconocida en 1996 por la Unión Europea. El vino es el otro gran reclamo gastronómico de la comarca y también disfruta de DO, en este caso la de Costers del Segre.

Les Garrigues ofrece un espectáculo de paisajes secos, con el encanto de los campos de olivos y la parra y un entramado de pueblecitos bien conservados. La comarca, situada en la depresión central catalana, disfruta de los beneficios hidrológicos del canal de Urgell al norte y de caprichosos parajes en el sur en las sierras de la Llena, Corregó y Tallat.

El nombre de la comarca proviene de uno de sus habitantes más característicos, un tipo de encina de las zonas más secas y áridas del Mediterráneo: el carrasco (garric, en catalán). Precisamente, es la aridez de su terreno la que otorga su singular personalidad. Un clima que ha contribuido a lo largo de los siglos a hacer crecer sus magníficos olivos y almendros. La falta de agua, y, por lo tanto, de erosión natural, ha sido también propicia para conservar, en un estado envidiable varios yacimientos arqueológicos de gran importancia. La comarca cuenta con valiosos testimonios del neolítico, de la edad de los metales y de los primeros pueblos de la historia que habitaron el levante mediterráneo, como el íbero o el romano.

Por lo tanto, para conocer bien les Garrigues, nos tendremos que adentrar en sus tres tesoros: el legado gastronómico, los paisajes característicos y los restos arqueológicos de los pueblos que nos precedieron. Con la lista de actividades que proponemos lo podréis hacer de la mejor manera, ¡agarraos fuerte!

Autor fotografía: Olea Soul

Para empezar podréis descubrir los secretos de este aceite tan preciado con la actividad "Un día en la Granadella" de Olea Soul. Una verdadera inmersión en el trabajo y la artesanía de los productores de este oro líquido. Una propuesta de un día que empieza con energía: un buen desayuno de campesino para después tener fuerzas para ir a recoger olivas durante un par de horas. La comida es en el mismo terreno, a base de brasa, con cordero local, arenques y vino de la DO Costers del Segre. Después, (ya descansados) llevaréis al molino las olivas para extraer el aceite y acabaréis la jornada con una cata de estos. Es totalmente profesional, con las copas azules que utilizan a los especialistas. El objetivo es hacer pedagogía del aceite de calidad, aprender a diferenciar un aceite de oliva virgen extra. Así, cuando lo veáis en la tienda, sabréis lo que compráis, ¡seréis unos auténticos expertos!.

Autor fotografía: Bodega Cerrada Pons

Si antes os habéis sumergido en el mundo del aceite, ahora toca hacerlo en el del vino. Lo podréis hacer de la mejor manera con la visita guiada a la Bodega Cerrada Pons. La construcción de la actual bodega en el 2012, un edificio que sigue el concepto del château francés ubicado encima de una colina y equipado con las últimas tecnologías. También podréis optar por el recorrido guiado por la bodega Tomàs Cusiné donde se elaboran estos vinos que ya se exportan a más de treinta países y que han obtenido valoraciones por encima de los 90 puntos en rankings tan prestigiosos como la Guía Peñín o Robert Parker.

Para acabar la jornada y captar de cerca el encanto de los paisajes de la Garriga se puede optar por la Ruta de la Cal en bicicleta de montaña. Este camino os llevará al corazón de la comarca siguiendo un recorrido marcado por los antiguos hornos de cal. Aire fresco y pequeños pedazos de historia, un regalo para los sentidos. Si sois de los que no os gusta mucho el movimiento podréis optar por la visita al Centro de la cultura del aceite de la Granadella.

Autor fotografía: Jordi Play

No os podéis marchar sin conocer el legado arqueológico que esconde la comarca. Por eso os proponemos la visita a las pinturas rupestres de la Roca dels Moros, en el Cogul. Un auténtico viaje al pasado de Catalunya. Las 45 figuras que podrás ver fueron declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. Son un ejemplo del arte rupestre levantino con imágenes humanas, varios animales y también inscripciones del alfabeto ibérico y latino. La Roca dels Moros forma parte de la Ruta del Arte Rupestre, que hace divulgación de los principales conjuntos de arte rupestre catalán.

Contenido realizado con la información de la Agència Catalana de Turisme