Después de cargarse algunas zonas verdes de aparcamiento para construir más carriles bici o también para colocar plataformas desmontables a modo de terraza en algunos bares de la Sagrada Familia, y después también de llegar a un acuerdo para que el 1 de enero de 2019 los coches matriculados antes del 1 de enero de 1997 y las furgonetas de antes del 1 de octubre de 1994 dejen de circular los días laborables en el Área Metropolitana de Barcelona, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pretende ahora cargarse plazas de aparcamiento subterráneo para desincentivar el uso del vehículo privado.

Así lo ha puesto de manifiesto la teniente de Urbanismo, Janet Sanz, que se ha lamentado de que en la capital catalana haya un "exceso" de plazas de aparcamiento con las que "hace falta acabar". Un "exceso" que se traduce en 640.000 plazas para toda la ciudad, una ciudad en la que viven 1.609.000 personas pero, sin embargo, donde también llegan muchas otras por trabajo, y algunas lo hacen en coche.

Sin embargo, ¿cómo lo hará el Consistorio para cargarse plazas de aparcamiento subterráneo? El objetivo principal es modificar las normas municipales que regulan la oferta de aparcamiento en los edificios de nueva construcción y, una vez hecho eso, se eliminarían los aparcamientos subterráneos de las nuevas viviendas dotacionales, así como de establecimientos comerciales con menos de 1.300 metros cuadrados. Y no sólo eso. El gobierno de Colau también tiene toda la intención de establecer que las cuotas mínimas por las futuras viviendas privadas, oficinas y hoteles se conviertan en cuotas máximas.

La propuesta de modificación de las normas urbanísticas del plan general metropolitano que regulan el aparcamiento fue aprobada en la comisión de urbanismo con los votos favorables de BComú, PSC y la CUP, los votos en contra del grupo Demócrata (PDeCAT y Unió) y la abstención de Cs, ERC y el concejal no adscrito Gerard Ardanuy.

La oposición coincidió en asegurar que esta iniciativa no ayudaría a reducir el uso del vehículo privado, así como en insistir en que hay que favorecer que los coches dejen de ocupar espacio público en superficie.