¿Eres de los que sólo puedes viajar en agosto, pero te gusta estar solo en las playas? ¿Has estado varías veces en Mallorca, pero todavía no has visto los rincones más escondidos? La isla más grande de las Balears tiene decenas de playas y calas que no te puedes perder y que no tienen nada que envidiar a los paisajes del Caribe.

Pero a pesar de tener decenas de playas con aguas cristalinas y turquesas, no nos centraremos en hacer un listado de las más conocidas -como la cala Mesquida o Sa Calobra-, sino de las más solitarias y bonitas.

1. Cala Tuent

En el norte de la isla, entre las montañas de la Serra de Tramuntana y rodeada de pinares, se encuentra esta playa semicircular de unos 180 metros de largo que poca gente conoce. Es una playa bastante solitaria incluso en pleno verano, entre otras cosas, porque tiene cerca la conocida Sa Calobra, donde -aunque vale la pena verla y hacerse una foto- difícilmente se puede estirar la toalla y, todavía menos, en pleno mes de agosto. Esta cala no está hecha para el turismo tradicional. No tiene ningún restaurante ni chiringuito y tampoco tiene duchas, pero la falta de servicios dibuja un paisaje idílico y relajante, que te hace viajar hacia un mundo de tranquilidad y calma. Es una de las pocas playas vírgenes que se conservan en Mallorca y es de piedras y algas. El acceso es fácil, después de pasar por una carretera que bordea las espectaculares vistas de la Serra. El coche se aparca fácilmente en los alrededores de la playa.

Cala Tuent en agosto / Wikipedia

2. Es Canyeret

También conocida como Platja de Llucalcari, es la única playa de Mallorca en que te puedes bañar con barro. Cerca del mar hay una fuente de agua dulce que cae sobre la arcilla y esta mezcla dejará tu piel como la de un bebé. En Sa Canyeret, situada a sólo 8 kilómetros de Sóller, podrás disfrutar de un paisaje salvaje con poca afluencia de gente. Esta cala es muy pequeña y está rodeada de rocas, por eso se recomienda bañarse con un calzado adecuado. El acceso por carretera es sencillo y está señalizado. El coche se puede aparcar a sólo 300 metros de la playa, que te conducirán por un camino lleno de pinos, encinas y olivos.

Sa Canyeret / Google Street View

3. Cala Bóquer

Se tiene que caminar en torno una hora para llegar, pero vale la pena. Mientras caminas, pasarás por el poblado talayótico de Bocchoris, verás las casas de Bóquer y un asentamiento romano, que confieren al paisaje un valor añadido. La caminata es llana y no presenta ninguna dificultad y la recompensa será adentrarse entre majestuosos acantilados que rodean las turquesas aguas de la cala, virgen y sin ninguna construcción ni servicios próximos.

Cala Bóquer / GanMed64 Flickr

4. Sa Canova

Si quieres observar la inmensidad del Mediterráneo acompañado de un paisaje dunar y virgen, ésta es tu playa. Conocida también como Arenal de Sa Canova, el Parlament balear la declaró en 1991 zona de Área Natural de Especial Interés por la gran cantidad de flora y fauna que vive en este trocito de isla, así como por la gran cantidad de restos arqueológicos que decoran el paisaje. Cuesta llegar porque no está muy bien señalizada -está cerca de Can Picafort-, pero una vez allí, podrás aparcar el coche gratuitamente y sólo tendrás que andar unos cinco minutos. No tiene servicios de ningún tipo, pero éste es uno de los elementos que hace que no sea una playa muy concurrida.

Sa Canova / Wikipedia

5. Cala Torta, Estreta i Mitjana

Son tres hermanas situadas cerca de Artà. La más grande es Cala Torta con 150 metros de largo y son playas vírgenes donde se puede llegar en coche y aparcarlo sin ningún coste. Las tres destacan por su sistema dunar y árido -fruto de los diversos incendios producidos en la zona- y, según el viento, puede ser que el agua esté llena de algas, por eso va poca gente.

Cala Torta / Wikipedia

6. Cala Varques

Cuando hace sol, es de las más turquesas de la isla y parece una piscina de aguas calmadas que transporta al bañista al paraíso. Situada en el municipio de Manacor, esta cala todavía conserva su virginidad y no suele ser muy frecuentada. Para llegar, hay que caminar entre 10 y 15 minutos y, desde allí, los más curiosos podrán acercarse a una cueva que tiene unos 500 metros de recorrido por unas galerías subacuáticas.

Cala Varques / Wikipedia

7. Cala Petita

Como bien dice el nombre, es una cala virgen muy pequeña, de menos de 20 metros de largo y 30 de ancho. Situada cerca de Manacor, se tiene que caminar entre 15 y 20 minutos para llegar. Es una cala donde suele practicarse el nudismo y, por eso, está poco frecuentada. Aislada del mundo civilizado, este espacio se caracteriza por ser una pequeña lengua de mar que entra a la tierra.

Cala Pequeña / Wikipedia

9. Caló des Moro

Piscina de aguas turquesas en medio de un paraíso virgen. El Caló des Moro es una pequeña cala con poco espacio en la arena para estirarse, pero con un fondo marino increíble y un buen trozo de agua para nadar. El acceso es fácil, ya que se puede aparcar el coche gratuitamente y, después, bajar unas escaleras hasta llegar junto al mar.

Caló des Moro / Tommie Hansen Flickr

10. Es Carbó

A pesar de que se tiene que caminar poco más de 2 kilómetros desde la playa de Es Port -cerca de Ses Salines-, vale la pena hacer el recorrido y acabar en esta larga playa virgen, donde suele ir muy poca gente y, además, el espacio para plantar el parasol y la toalla no se acaba. Es la playa ideal para pasar un día entero pleno de relax, diversión y rodeado de naturaleza y de aire fresco.

Se Carbón / GanMed64 Flickr