Liliane Bettencourt, más conocida como la heredera de la compañía L'Oreal, ha muerto a la edad de 94 años. Su única hija, Françoise Bettencourt Meyers, ha explicado que ha muerto en su domicilio "tranquilamente". La demencia y el alzhéimer la obligaron a retirarse los últimos años de la vida pública y profesional, quedando bajo tutela familiar.
A pesar de eso, Bettencourt ocupaba la decimocuarta posición en el famoso ranking de la revista Forbes, siendo la primera mujer de la lista con una fortuna que ascendía a los 39.5000 millones de dólares, unos 33.000 millones de euros.
EFE
A los 14 años ya empezó a trabajar como becaría de L'Oreal, el gigante de la cosmética que había creado su padre, el químico Eugène Schuller. Cuando él murió el año 1957, Bettencourt heredó la empresa, aunque no quiso dirigirla. Hasta el año 2012 tuvo un gran peso sobre la compañía, pero su delicado estado de salud la obligó a apartarse.
Polémicas judiciales y escándalo político
A causa de las enfermedades, algunas personas se quisieron aprovechar de su fortuna. Una de las polémicas más recordadas fue precisamente con su hija, quien el año 2007 inició una demanda legal argumentando que Bettencourt no estaba en plenas condiciones de sus facultades mentales. Ella, sin embargo, aseguraba ser una mujer "libre y plenamente sana".
Un año más tarde se descubriría que el fotógrafo François-Marie Banier, amigo de Bettencourt, había recibido regalos por valor de 1.000 millones de dólares, entre los cuales se encontraban cuadros de Picasso o Matisse. Finalmente, madre e hija harían las paces el año 2010.
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Otro de los casos más recordados ocurrió el año 2007, cuando se acusó a L'Oreal de financiar de manera ilegal la campaña electoral de Nicolás Sarkozy, generando un gran revuelo en Francia y dejando en una posición delicada al gobierno. No obstante, Sarkozy rechazó en todo momento las acusaciones y el año 2013 los fiscales desestimaron los cargos contra él.