Hasta la fecha, el nivel de sofisticación de cada cocina ha ido estrechamente ligado al económico de cada país. Pero la era global que nos está tocando vivir ha invertido esta tendencia. Los cocineros de países con una cultura gastronómica –a priori-  menos desarrollada tienen la oportunidad de formarse en los mejores restaurantes del mundo y eso les proporciona las herramientas necesarias para  perfeccionar y evolucionar sus cocinas de origen para situarlas en el mapa.

La cocina india como concepto, es una trampa en sí misma. Como pasa con la cocina china, en un país  en el que viven más personas que entre Europa y EEUU juntos, hay muchas variantes en función de las costumbres y productos de cada región. Es una mera cuestión estadística: si en la península ibérica, con mucho menor tamaño, tenemos una diversidad tan grande según la zona geográfica en la que nos encontremos ¡Qué no pasará allí! De todas formas, la cocina india históricamente ha sufrido el mal endémico de gran parte de la cocina asiática al aproximarse a occidente. El hecho de que la mayor parte de la inmigración de dichos países se hara reciclado en la hostelería ha fomentado la apertura sistemática de locales previsibles, culinariamente flojos, donde muchas veces la comida no ha sido la auténtica protagonista priorizando el espectáculo visual al gustativo.

Pero la globalización tiene cosas buenas, y para muestra un botón: Iván Surinder, el chef del Tandoor, el indio que te presentamos hoy, es hijo de padres indios afincados en Catalunya pero educado aquí desde su infancia– habla catalán mejor que los que los aquí firmantes- y posee una formación fantástica, a la altura de muchos cocineros que os hemos presentado en esta sección las últimas semanas.

Iván está en pleno proceso evolutivo de la cocina india que ha aprendido de su padre, primer chef indio de España. Su reto es darle a sus platos un toque personal, distintivo y actualizado, donde pueda aportar a su cocina ingredientes locales pero sin perder el norte. No quiere perder sus raíces, ni recibir una mala crítica de sus paisanos ni de los expertos en cocina india. El resultado es una divertida y mucho más desenfadada manera de degustar un universo de especias y recetas.

El local, situado en l’Esquerra de l’Eixample, es grande – caben hasta 100 personas – pero reparte a los comensales en espacios separados. Así que, pese al gran tamaño, no tienes la sensación de estar en el típico local/nave industrial asiático. Aquí eres un COMENSAL, no un número más.

Decoración jovial y atrevida, con colores boliwudienses y mesas sencillas, cubiertas con manteles individuales de papel, muy coloridos también. Y ¡Ojo! la fórmula les funciona bien porque suelen llenar. Algo que también tiene que ver con las recientes apariciones televisivas recientes del chef.

El aperitivo

Al sentarnos en la mesa nos sirvieron una especie de fina, y súper crujiente, tostada de sésamo acompañada de algunas salsas y empezamos el festival indio con algunos entrantes, de los que destacamos el “Sheek Kebab”, un rollito de carne de cordero envuelto en una hoja de lechuga, ligeramente ahumado y refrescante gracias a la lechuga. También nos gustó mucho el “Tandoori Chicken”, dos muslos de pollo marinados con yogur, jengibre y pimentón rojo, pieza muy sabrosa e ideal para comer con los dedos.

Sheek Kebab

Tandoori Chicken

Posteriormente degustamos 4 tipos de curry, de pollo, de cordero, de gambas y vegetal. Todos ellos nada picantes - Iván prepara el picante al gusto de cada comensal -, pero con sabores contundentes, especiados y exóticos que te transportan a la India. De todos ellos, a los Miguelines no nos importaría repetir el de pollo (“Butter Chicken Curry”) y el de cordero (“Kemma Mutter Curry”), ambos los recomendamos degustar con un bol de arroz basmati y pan naan de ajo.

Butter Chicken Curry

Tandoor, de precio medio muy asequible, es una buena manera de aproximarse a la cocina india y también una buena manera de rememorarla por la fidelidad y respeto a sus raíces. Pero es, por encima de todo, una gran oportunidad de conocer a un chef de allí y de aquí, que sin duda va a dar mucho que hablar. Ahora en Tandoor, pero los Miguelines apostamos porque pronto evolucionará con su cocina. Probablemente bajo el proyecto de un segundo restaurante se atreverá a alejarse de la tradición tratando de no perder sus orígenes y nos sorprenderá con curris imposibles de imaginar, presentaciones de foto y adaptaciones inspiradas en nuestra cocina.

Samosa de chocolate

Por ahora, puedes ir al Tandoor y disfrutar del espectáculo boliwudiense de su cocina, a un precio récord. ¡Reserva antes de ir!

Puntuación
Comida   Vinos
68   53
Servicio   Local
67   65
Precio   Estrellas Miguelín
25€   1 estrelles
Por persona: 2 entrantes a compartir + 1 curry + 1 copa de vino  
¿Dónde está el Tandoor?

Dirección: Carrer d'Aragó, 8, 08015 Barcelona

Teléfono: 934 25 32 06

Horario: De martes a domingo de 13:00 a 16:00 y de 20:30 a 00:00

Web: http://www.restaurantetandoor.com/​