En la actualidad, existen muchos negocios construidos con el único objetivo de generar un retorno económico: un equipo promotor que ha identificado un nicho de mercado, ha analizado la competencia, ha diseñado una propuesta de valor diferencial y ha ejecutado un plan para obtener dicho retorno. Alternativamente, hay negocios cuyos promotores priorizan la pasión, se dejan llevar por el corazón y por lo que les gusta hacer y su objetivo es disfrutar. En este tipo de negocios no encontramos un business plan, sino una gran "alma", y a los Miguelines nos encantan los restaurantes con "alma".

Esta semana os queremos proponer una visita a un restaurante con mucha "alma". Hace 3 años, Raquel y Marc, después de varios años cocinando en restaurantes de Londres, China y el sud-este asiático, regresaron a su ciudad natal para crear el Casa Xica, un restaurante con el que quieren reflejar su pasión por la cocina, sus viajes por el mundo y sus raíces mediterráneas.

El restaurante, ubicado en pleno corazón del barrio del Poblesec, es minúsculo, apenas caben 25 personas y es ideal para una cena en pareja o en un pequeño grupo de amigos (máximo 4). Decoración escueta, luz tenue, paredes grises y mesas sin mantel, en las que encontramos un bol, una pequeña servilleta y un par de palillos, creando un ambiente idóneo para focalizar todos los sentidos en la comida.

La propuesta gastronómica es corta, apenas 14 platos en los que Raquel y Marc nos proponen un viaje de fusión combinando productos y recetas de aquí con las del sudeste asiático. La carta está pensada para compartir y recomendamos 2-3 platillos por persona. A propósito, en relación a los vinos, queremos destacar la interesante selección que Biel, el sumiller, tiene de vinos naturales locales e internacionales a precios para todos los bolsillos.

En la sala, Katia se encarga de atender a los comensales, con un servicio desenfado y cercano que te hace sentir cómodo y en casa. Ella fue el guía del viaje con el que pudimos conocer mejor a Raquel y a Marc.

La primera parada fueron unas ostras, muy frescas y servidas con una pequeña infusión de jengibre que le aportaba más frescor y esa nota asiática que tanto nos gusta. A continuación, probamos un ajoblanco, con lima kefir y unos mejillones escabechados. El conjunto nos pareció elegante y sutil en cuanto a potencia de sabores, quizás los Miguelines echamos en falta algo más de "caña" al plato. La siguiente parada fue una gran combinación de caballa curada encima de una base de aguacate y coronada con varios tipos de caviar que hacían que cada cuchara fuera única.

Ostras con infusión de jengibre 

Ostras con infusion de jengibre

Ajoblanco con lima y mejillones 

Ajoblanco con lima kefir y mejillones en escabeche

Caballa curada con caviares 

Caballa curada con caviares

El siguiente destino fueron unas gyozas de vieira, cocinadas al vapor y de sabor muy delicado y suave, quizás dominó en boca el gusto de la masa de las gyozas. Continuamos el viaje con un secreto ibérico a la brasa con pequeños taquitos de mango, que le aportaban un buen contraste de frescura y dulzor para romper con la grasa infiltrada de la pieza.

Gyozas de vieira 

Gyozas de Vieria

Secreto ibérico con mango

Secreto ibérico con mango

Posteriormente, Katia nos guió hacia la gastronomía nipona para degustar unos riquísimos, pero resbaladizos - ¡ojo a los comensales no hábiles con los palillos!-, fideos soba con cerdo ibérico acompañados de un caldo lleno de sabor y un punto picante. ¡Nos encantaron!. Siguiendo en la línea del anterior plato, probamos un okonomiyaki de gamba, servido como una tortilla de fideos udon y coronada con katsoubushi (atún seco). Al igual que el anterior, un plato de sabor contundente y digno para ya encarar la última parada, los postres.

Okonomiyaki de gamba

Okonomiyaki

En el destino dulce, probamos la "Panacota", "el chocolate con mango" y el "cheesecake". Los tres muy ricos e ideales para finalizar el viaje, aunque las cucharas se nos decantaron por el de chocolate con mango. Nos gustó mucho la textura del bizcocho de chocolate cocinado al vapor con la mezcla dulce y refrescante del mango.

Postres

Postres

En definitiva, el viaje que nos proponen Raquel y Marc está lleno de pasión y la mezcla de sabores y texturas lo hace divertido, evidentemente, como todo viaje tiene alguna pequeña turbulencia pero el resultado final es bueno y totalmente recomendable.  Nosotros estamos listos para otro viaje en Casa Xica ¿y tú? 

Puntuación
Comida   Vinos
67   75
Servicio   Local
67   65
Precio   Estrellas Miguelín
35€   1 estrelles
Por persona: 4-6 platos a compartir + 1 copa de vino.  

¿Dónde está Casa Xica?

Dirección:  C/de la França Xica, 20, 08004 Barcelona

Teléfono: 936 00 58 58

Horario: Lunes de 20:30 a 23:00. De martes a sábado, de 13:30 a 15:00 y de 20:30 a 23:00.