El nivel gastronómico está subiendo, el del comensal y el del restaurador. Uno hace grande al otro como Nadal a Federer y Federer a Nadal. Un cliente cada vez más preparado y exigente, sumado a la altísima popularidad alcanzada por la cocina, han generado el hábitat perfecto para “foodies”, gourmets y demás fauna instagramera ávida de ingredientes distintos, platos más fotogénicos y mejores espacios para disfrutarlos.

El desafío crece proporcionalmente con la altura de los contrincantes. Los cocineros perciben esta efervescencia, y su respuesta es diseñar locales asequibles y manejables en los que prime el producto, la creatividad y la rotación de la mesas.

Bajo semejante contexto visitamos Mediamanga, la última propuesta de Iván Castro (Mont Bar). Nos encontramos un sitio todavía en pañales (lo visitamos tan solo 10 días después de su apertura) con una idea muy clara: dar platillos con buen producto, revisar clásicos, pero... ¡Un momento! Esto nos suena ¿No era esta la misma idea con la que abrieron Mont Bar? En ese mismo instante nos damos cuenta de que los dos locales comparten algo más que edificio.

Es un local especial y pequeño, con capacidad para unos 40 comensales. La interiorista Cristina Carulla ha creado un espacio con mucha personalidad, que abraza lo moderno pero con un enfoque cálido e identificable con nuestra ciudad. El eje central es la cocina, que está a la vista del comensal, y alrededor, en dos espacios, está repartida una combinación de mesas bajas, altas de 4 y sitios en la barra con su taburete, que le dan un atractivo desorden al local.

Comamos. De los muchos platos que ya sabes que probamos siempre, destacamos un extraordinario bocadillo de ventresca (equilibrado, nada aceitoso, una pieza de ventresca en el punto perfecto), una sorprendente ensaladilla rusa servida con picos de elaboración propia y condimentada con harissa (salsa picante típica magrebí), un impecable salmorejo con “pescaito”  perfectamente frito que integraba las texturas a la perfección o unas maravillosas croquetas de cocido con un ligazón perfecto, nada harinosas, con una bechamel equilibrada y… ¡sorpresa! hierbabuena que aporta un toque muy acertado de frescura.

Bocadillo de ventresca

Bocadillo de ventresca

Ensaladilla Mediamanga

Ensaladilla Mediamanga

Salmorejo con pescaíto frito

Salmorejo con pescaito frito

Croquetas de puchero

Croquetas de puchero

Cada vez es más complicado encontrar restaurantes en los que no se coma bien. La competencia feroz, y las aperturas constantes de nuevos lugares bien cuidados en su decoración y su propuesta gastronómica, actúa en forma de levadura hinchando la masa de nuevos lugares de calidad o de moda. Al Mediamanga –por cierto, nombre que viene de la costumbre de los cocineros de arremangarse las mangas para cocinar- le auguramos éxito duradero: cocina sólida, sitio singular y propiedad de trayectoria consistente son sus argumentos. Además, tiene el respaldo de la clientela fiel – mucha extranjera, por cierto- de su hermano mayor el Mont Bar.

Cocochas de merluza, judía verde y jamón

Cocochas de merluza, judia verde y jamon

Borracho de mandarina 

Borracho de Mandarina y jerez

No dejes que los cocineros sean los únicos en arremangarse y dejar su traje a media manga. Haz tú lo mismo para disfrutar relajadamente y sin mancharte, de esta excelente propuesta gastronómica. ¡Bon profit!

Para este artículo hemos contado con la colaboración de Gonzalo Sanz.

Puntuación
Comida   Vinos
70   73
Servicio   Local
67   70
Precio   Estrellas Miguelín
35€   2 estrelles
Por persona: 6/7 platos a compartir+copa de vino  

Dónde está Mediamanga?

Dirección: Calle Aribau, 13, 08011 Barcelona

Teléfono: 938 32 56 94

Horario: De lunes a domingo de 13:00 a 16:30 y de 19:00 a 23.30

Web: mediamanga.es