La explosión de las redes sociales ha dado otra dimensión al mundo de las autofotos, actualmente conocidas como selfies. Es casi imposible conocer a alguien que nunca se haya hecho. Tienen una cantidad incalculable de practicantes -también hay algún detractor-, pero hacerse fotografías a uno mismo, según en qué ocasiones, puede tener consecuencias nefastas.

Un buen ejemplo lo tenemos en la galería The 14th Factory de Los Ángeles (Estados Unidos), donde en una exposición sobre coronas de diferentes tipologías denominada Hypercaine, tuvo lugar un desafortunado episodio.

Una de las visitantes de la exposición decidió hacerse un selfie con una buena retahíla de coronas detrás, pero la jugada no le salió nada bien. Antes de ejecutar la fotografía, la chica perdió el equilibrio al apoyarse en los pedestales, que iban cayendo uno detrás el otro en efecto dominó. Un auténtico desastre.

Muchos de los presentes se puesieron las manos en la cabeza después de contemplar la escena. A pesar del escandaloso destrozo, sólo quedaron afectadas tres de las diez coronas. Eso sí, los desperfectos causados estan valorados en 180.000 euros. Seguramente, esta joven se lo piense un par de veces la próxima vez que decida hacerse una selfie.