Las redes sociales están en constante evolución. Llenas de nuevas tendencias -a menudo, efímeras-, plataformas como Instagram suelen mostrar la cara más feliz y positiva de la vida: parejas que se aman, paisajes paradisiacos, frases profundas o hashtags trascendentales son ingredientes que no pueden faltar.

La moda ahora, sin embargo, es hacerse un selfie después de divorciarse. Esta iniciativa, que a priori puede parecer absurda, es un movimiento que se ha extendido por las redes sociales para desdramatizar un momento que cada vez es más recurrente. Poner fin a una relación, no tiene porque ser un momento triste. Incluso, hay quien se muestra más feliz que el día de la boda.

 

More excited than out our wedding day. #heresyoursign #divorceselfie

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Normalmente, en estas fotografías salen los dos miembros de la pareja sonrientes y mostrando los papeles del divorcio...pero hay quien no se lo toma con tanta ilusión.

Bajo el título divorce selfie se pueden encontrar más ejemplos de cómo exparejas liberadas celebran efusivamente lo qué para muchos es un mal trago.